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Este nuevo terminal es capaz de verificar un iris en apenas un segundo a 70 centímetros de distancia.

Hikvision ha lanzado al mercado su nuevo terminal de reconocimiento de iris MinMoe, una solución que ofrece un mayor nivel de seguridad para el control de accesos.

El terminal es capaz de verificar rápidamente las características que componen el iris de cada persona en un segundo, a una distancia de reconocimiento de hasta 70 cm. Además, ofrece imágenes en color y antifalsificación por vídeo, lo que garantiza la precisión y la seguridad necesarias en un acceso, y solo necesita una mirada para verificar rápidamente la identidad del usuario sin necesidad de que este se quite las gafas, el casco o cualquier otro EPI (Equipo de Protección Personal) en caso de llevarlos consigo.

Junto al reconocimiento del iris, este nuevo dispositivo dispone de otros métodos de autentificación como el reconocimiento facial, la huella dactilar y la lectura de tarjetas, lo que le otorga una mayor flexibilidad al ofrecer un mayor número de opciones para el control de los accesos.

 

La combinación de todas estas tecnologías convierte al terminal en una solución precisa, fiable y cómoda para escenarios en los que se necesita un alto nivel de seguridad, como cámaras acorazadas de bancos, laboratorios científicos y hospitales.

 

Formado en una etapa temprana del desarrollo humano, el patrón de cada iris es único y permanece prácticamente inalterable durante el resto de la vida de una persona. Los detalles del iris son tan ricos y complejos que son casi imposibles de copiar, lo que lo convierte en la solución biométrica ideal para el control de accesos a la hora de identificar y distinguir con precisión a las personas.

 

En las últimas décadas, el control de acceso autorizado se ha alejado mucho de las llaves, los códigos PIN y las tarjetas de identificación. El mercado está entrando ahora en la era de la biometría, afirma Carvin Ying, director de productos de control de acceso de Hikvision.

 

Según Ying, los controles de acceso biométricos aportan ventajas inherentes, como una mayor seguridad y eficacia, así como la reducción de las falsificaciones, permitiendo hacer la verificación de una persona en segundos —o fracciones de segundo— y evitando el contacto físico innecesario.

 

Este es el caso del reconocimiento facial y del iris, que ofrecen un control de acceso sin contacto, una práctica higiénica cada vez más demandada en el mercado.

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